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sábado, 5 de junio de 2010

Entre el amor y la guerra

Solo por un dia, quise ser algo diferente. Quise convertirme el algo que no soy. Quise pasar a otro plano de existencia en el que la vida recompensa lo bueno y castiga lo malo.
Hubo un día que desperté y seguí soñando mi mundo ideal. Desperté pensando que estabas junto a mí. Soñé que venías, viví el momento.
Tuve algo en común con los héroes. Completé hazañas que solo ellos pudieron conocer, luche contra viento y marea ante toda dificultad existente, blandiendo mi espada, con sus gavilanes y su empuñadura gastada por los distintos lances. Se me escapó la martingala haciendo volar mi espada e hiriendo a almas inocentes, carentes de maldad.
Con el tiempo y las modernuras, adquirí distintas armas para defenderme del dolor que causa un pérdida. Cañones y trabucos para matar moscas que nunca supieron defenderse y que nunca pudieron hacerlo.
Viví una época diferente en la que era fácil hacerse daño con cualquier cosa. Una época sanguinaria en la que un simple objeto casero se convertía en un arma mortal. En ese momento y en el frenesí del dolor, como una aparición, bajó un ángel, cabello negro y ojos brillantes.
Supe donde estaba ese lugar que tanto soñé.
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